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¿Qué es la Depresión?

La depresión es un estado de ánimo que puede estar presente momentáneamente o de manera constante en la vida de las personas. La mayoría experimenta estos afectos en algún momento de su vida, pero en nuestro país esta denominación tiene particular relevancia si se considera que según la Organización Mundial de la Salud, Chile es el país con mayores índices de depresión en el mundo. 

 

Ahora bien, es importante distinguir entre la depresión como trastorno y los síntomas depresivos. Estos síntomas pueden ser experimentados como respuesta a situaciones regulares de la vida y no llegan a conformar un cuadro que abarque de manera completa sujeto. Esto no significa que no requieran atención y ayuda profesional, pero sí es importante hacer el contraste. Esto, porque la depresión como cuadro sí tiene características tales y agrupaciones sintomáticas que supeditan completamente la vida de la persona. A menudo una persona que sufre de depresión tiene una enorme dificultad para levantarse y hacer su día, ha perdido la esperanza o propósito de vida, cosas que antes le gustaban ya no le atraen, se siente desesperada y en general sufre de afectos negativos muy intensos de forma recurrente e incluso permanente, lo que hace que vivir con este malestar sea un verdadero infierno.

 

La psiquiatría por su parte clasifica con mas rigidez estos cuadros, no obstante la descripción de los síntomas puede resultar útil para que una persona pueda identificar si él mismo o un ser querido corresponde al diagnóstico o bien padece alguno de los síntomas.

 

Los manuales de clasificación describen la Depresión como el resultado de “uno o más episodios depresivos, los cuales se caracterizan por los siguientes síntomas:

 

Cinco o más de los siguientes síntomas por un periodo superior a 2 semanas:

  1. Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día. En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable.

  2. Desinterés o pérdida de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día.

  3. Pérdida importante de peso sin hacer dietas o aumento de peso.                                                

  4. Insomnio o hipersomnia casi cada día.

  5. Agitación o enlentecimiento psicomotores.

  6. Fatiga o pérdida de energía.

  7. Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados.

  8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión.

  9. Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse.”

 

Cuando se presentan situaciones de riesgo como en el punto 9 es indispensable que la persona o su familia consulten de forma inmediata. En otros casos, si bien la inmediatez no es necesaria, es bueno que la persona se plantee la posibilidad de buscar ayuda profesional. Muchas veces la gente consulta con pocas expectativas, pero la psicoterapia ha mostrado ser efectiva para lograr superar esta sensación.

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