5 COSAS QUE TE PODRÍAN ESTAR DEPRIMIENDO Y NO LO SABÍAS
1. El uso de redes sociales y tecnología
Existen estudios científicos que sustentan esta idea. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Pittsburgh determinó que aquellos individuos que más interactuaban con estas plataformas tenían 2,7 veces más riesgo de sufrir depresión que aquellos con menor tiempo de interacción. Dentro de las causas de este fenómeno podría residir el hecho de que este tipo de actividad produce la falsa sensación de formar parte de un grupo social. Con el tiempo la vida de las personas que se exponen excesivamente a estos estímulos se va volviendo vacía y escasa en actividad.

2. El carrete
En general, y especialmente en nuestro país, las fiestas están asociadas a un alto consumo de drogas y alcohol. El síndrome de abstienencia es un fenómeno que se experimenta tras interrumpir el consumo de una droga después de un periodo prologado de consumo. Dentro de los síntomas que se experimentan, uno de ellos puede ser explicado en términos simples como la aparición de sensaciones opuestas a las generadas por la droga. Como la mayoría de las drogas generan sensaciones de placer y excitación, la aparición de su efecto contrario estaría representado por sentimientos depresivos y ansiosos, que pueden aparecer y perdurar por algunos días luego de la fiesta.
3. Expectativas de éxito sociales, familiares y personales
A menudo no nos damos cuenta pero vivimos en un mundo donde el éxito es un factor decisivo en la valoración social. Reuniones como “Los 10 años de egreso del colegio/universidad” en buena medida se tratan de contrastar el éxito que han tenido los compañeros. Nosotros mismos nos imponemos estándares de éxito y a menudo tratamos de mostrarle a otros que estamos logrando nuestras metas. Sin embargo, hay un desgaste asociado a este tipo de actividad. Cuando aparentamos que tenemos más éxito del que tenemos se genera una disonancia que deprime, porque uno experimenta algo que se siente falso.
4. Actuar como si la vida fuera para siempre
A veces vivimos de esa manera, actuando como si siempre hubiera un mañana, o como si el tiempo no estuviera pasando. Pero al mismo tiempo sabemos que de hecho sí transcurre y el tiempo pasa. Cuesta salir de la inercia y muchos viven postergando eternamente aquellas cosas que nos gustaría hacer o ser.
5. El estado de ánimo de la gente que te rodea
Lamentablemente vivimos en una cultura donde los sentimientos que priman no son los de felicidad ni satisfacción, sino los de ansiedad, estrés y depresión. Los afectos de los demás ponen un tono emocional a las interacciones que tenemos con ellos y a veces es difícil mantener el optimismo cuando nos topamos constantemente con estímulos negativos.