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CANNABIS PARTE 2: ¿DEJO DE FUMAR MARIHUANA O ENFRENTO MIS SENTIMIENTOS?

Existen desde la psicología dos aproximaciones en relación al tratamiento de pacientes con consumo problemático de drogas y, en este caso, de marihuana. La primera aproximación -y más utilizada- lo ve como síntoma de otra condición (por ejemplo, sentimientos depresivos, situaciones adversas en la vida, etc.) y el foco está puesto en tratar esa condición para que el consumo retroceda en la medida que la afección primaria lo haga. Por ejemplo, si la persona se ve deprimida y abusa de la marihuana, se aborda la depresión para que, al mejorar eso, el consumo disminuya o desaparezca.

La segunda aproximación, en cambio, sitúa el propio consumo como afección primaria, lo que implica poner la abstinencia como punto de partida en el tratamiento. Por ejemplo, si la persona se ve deprimida y abusa de la marihuana, se detiene el consumo de marihuana para ver si es la causa o si está incidiendo o no en los síntomas depresivos.

Estas dos aproximaciones aparentemente contrarias dejan la duda de cómo abordar una situación de consumo. ¿Dejo de fumar marihuana o enfrento mis sentimientos? Intentando responder esta pregunta se mostrará la experiencia capturada en la consulta psicológica, habiendo considerado el consumo como el problema primario y poniendo lo que llamaremos prueba de abstinencia como punto de partida del tratamiento. Esto es, suspender el consumo de marihuana y cualquier otra droga, exceptuando el tabaco, por un periodo de tiempo definido. La intención fundamental es liberar al cuerpo de sustancias químicas antes de hacer una evaluación del estado de ánimo y, una vez limpia, determinar si los síntomas que presenta la persona están o no apareciendo como causa del consumo.

El contexto es el siguiente. Muy a menudo quienes utilizan marihuana consultan a un especialista por motivos distintos de un problema con ella. Reportan depresión, ansiedad, angustia, sensaciones extrañas, pensamientos extraños u otros trastornos descritos por la psiquiatría. También problemas de pareja, de familia, con el trabajo, los estudios o la vida en general. Muchos no vinculan de ninguna manera su consumo de marihuana con estos malestares. En general piensan lo contrario, que los alivia. Solo cuando las personas llevan más tiempo consumiendo o lo hacen con mucha frecuencia, sí suelen tener la intuición de que la droga es al menos parcialmente la causa de sus problemas, pero no están seguras y eso probablemente se debe a la falta de información en relación a ella (ver parte 1). Además tienen razón, la marihuana los alivia. Lo que no saben, es que al mismo tiempo puede ser remedio y enfermedad, en el sentido de que puede mitigar momentáneamente algo que incrementa en el tiempo, por ejemplo la ansiedad.


Este contexto muchas veces implica que no es difícil que el paciente acepte hacer la prueba de abstinencia, ya que en cierto sentido a él mismo le intriga el experimento, sea por curiosidad o por el deseo de evidenciar la equivocación del terapeuta respecto a que hay un problema con el consumo y que este le causa su pesar. Yendo al grano, aquí se exponen tres ejemplos breves y reales del resultado de esta prueba de abstinencia en pacientes con consumo de marihuana (la información ha sido modificada por razones de confidencialidad).

  1. Un universitario consulta por falta de motivación, ya no le gusta su carrera y está reprobando. Tras dos semanas de abstinencia comienza a notar cómo sus facultades para atender a clases y al estudio incrementan significativamente, y al cabo de seis semanas puede observar cambios en sus notas. Él no había advertido que estas facultades habían disminuido, pero su rápida recuperación lo hizo darse cuenta de su verdadero potencial. Además ha recuperado el interés y la vocación.

  2. Una persona asiste tras ocho años con síntomas de depresión. Luego de detener el consumo por tres semanas se comienza a sentir substancialmente distinta y al cabo de dos meses, esa depresión de ocho años desaparece sin dejar rastro.

  3. Un hombre consulta devastado por su separación hace siete años y su incapacidad para encontrar una nueva pareja. Durante este tiempo y tras varias terapias, ha formulado teorías respecto a qué lo tiene en ese lugar: su autoestima, sus traumas de infancia, su inseguridad. Frente a su gran pesar, el único alivio que ha encontrado ha sido su consumo de marihuana, no en grandes cantidades pero si con bastante frecuencia (3 a 4 veces por semana). Luego de cuatro semanas de detener el consumo, está saliendo con alguien. Luego de tres meses rompe su prolongada soltería. Nada se ha "trabajado" respecto a su inseguridad, autoestima ni traumas infantiles.

Existen múltiples casos como estos donde los pacientes presentan problemas de todo orden. Llegan con diagnósticos previos de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), Trastorno de Ansiedad Generalizada, Depresión, Trastorno Bipolar, alucinaciones, conductas extrañas, irritabilidad, comportamientos agresivos, confundidos y frustrados sin saber por qué, e imaginando que la causa reside en lo más profundo de su inconsciente. Muchos de ellos llegan rápidamente a una disminución sustancial o a la remisión total de sus síntomas y malestares luego de detener el consumo. La mayoría opta por prolongar el periodo de abstinencia y eventualmente llegan a mantenerla de forma definitiva. Aunque no en todos los casos en donde las personas presentan este tipo de malestares, la causa única y directa está en el consumo de marihuana, en mi experiencia como terapeuta de adicciones nunca me ha tocado ver un caso en donde este consumo no tenga ninguna influencia. Tampoco he tenido la experiencia con ningún paciente que luego de vivenciar el cambio producto de la prueba de abstinencia, haya decidido retomar la misma pauta de consumo que llevaba anteriormente.


Esta prueba de abstinencia no es una sofisticada y compleja teoría. Al contrario, su genialidad reside en basarse en la simpleza de la experiencia cotidiana de las personas. Es un método extraído de la realidad. Esto entrega la ventaja de permitir la observación in situ de si es o no el consumo el problema primario. La experiencia además ha mostrado que lo es muchas más veces de lo que se habría podido anticipar. Entonces ¿enfrento mis sentimientos o dejo de fumar marihuana?


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